Este blog nació en su momento con intención de conformar un cúmulo de ideas, quizás un desahogo, quizás una arquitectura.

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domingo, 27 de noviembre de 2016

Aquella noche jacinto, cubierto por la rabia, mató a aquella vaca. Su padre casi acaba con él.

Jacinto mira a un lado y a otro, nunca le gustó el campo, nunca se acostumbró a él, por eso aceptó el trabajo en el matadero, era forma de escapar de él, de acabar con él. siempre fue un niño atosigado por el ganado, era su venganza.
Hoy Biberkopf ha encontrado una pelota en la Manjoya. Se detuvo en el paseo que promedia las dos carreteras y allí se la lancé una y otra vez. Ya no es cachorro, ya es viejo y aunque corre animoso detrás de ella, cuando la alcanza se tumba y espera a que llegue por ella. El juego con los años han cambiado. Lanzo la pelota. el perro va detrás de ella y yo voy detrás de él.

Un hombre y una mujer se bañan en las costas del otra lado del Atlántico, 2007 bajo sus pies y sobre el agua. Después pasean por la arena y recogen conchas, no es una buena palabra allá, y encuentran vainas negras, una abiertas otras no, sin saber bien qué son guardan dos o tres. Tras doce mil kilómetros acaban pensando que son ootecas de sepias, lo creen así durante varios años, sin embargo un documental les saca de su error, huevo, huevos de tiburón, alguna especie de pintarroja. Son negros, secos, con un brillo mate y una forma elegante, posteriormente deciden pasar uno de llos a bronce. Esperan el resultado.