Un hombre y una mujer se bañan en las costas del otra lado del Atlántico, 2007 bajo sus pies y sobre el agua. Después pasean por la arena y recogen conchas, no es una buena palabra allá, y encuentran vainas negras, una abiertas otras no, sin saber bien qué son guardan dos o tres. Tras doce mil kilómetros acaban pensando que son ootecas de sepias, lo creen así durante varios años, sin embargo un documental les saca de su error, huevo, huevos de tiburón, alguna especie de pintarroja. Son negros, secos, con un brillo mate y una forma elegante, posteriormente deciden pasar uno de llos a bronce. Esperan el resultado.
domingo, 27 de noviembre de 2016
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