Este blog nació en su momento con intención de conformar un cúmulo de ideas, quizás un desahogo, quizás una arquitectura.

Dado su condición no se contestan los comentarios aunque si se agradecen, del mismo modo que se agradece a todos aquellos que siguen de una manera u otra las entradas. Si alguien está interesado en pornerse en contacto conmigo más allá de un comentario puede hacerlo a través de la siguiente direccion de correo electrónico: durangarciapedro@gmail.com



viernes, 15 de julio de 2016

Mírate en el espejo. Si detrás de la barra. Masticando, casi rumiando, tantas faltas que todo hay que masticarlo mil veces, salvo el puré, pero puré a qué te vas a convertir en viejo ahora, aún te faltan, como te faltan las muelas. Sí, mírate. Mírate una y otra vez, aunque no creas que eres tú, que lo eres, mascando, rumiando, pesada, largamente. Tú sí. Niégalo. Niégalo una vez más. No quieres acordarte de tu tío, primero, luego tu padre, luego tu otra tía. Si los tres. Acuérdate. Los tres con la dentadura podrida, al igual que tú. Sí, no te engañes, tienes la dentadura tan podrida como ellos la tuvieron. Lo sabes. No, no eres joven para ello, eres un viejo como lo fueron ellos cuando de una en una, entre insufribles dolores, fueron perdiendo las piezas. Una, sólo una apretando contra la vacía encía superior, mascando, mascando una y otra vez y para siempre hasta que sólo te entren sopas y purés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario