Después de diecisieteaños a mi me han soltado de la cárcel de Fuertes Acevedo esquina Silla del Rey sin un abrigo de verano horrible y tan sin saber que hacer como él. El logró ahuyentar cantado la angustia, yo no sé cómo deshacerme de ella. Sigo hurgándome cada día con palito mientras me estoy deshaciendo en la calle Logroño.
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