Desde que se vio con nitidez en un espejo acabó odiándolos, la turbidez del agua era más condescendiente.
Desde que se vio a sí mismo por primera vez, desde que supo realmente como empezó a sufrir, no quería odiarse, no podía, no sabía.
martes, 2 de agosto de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario